viernes, 11 de junio de 2010

***CARTA DE UNA MUJER***

Mujeres Cansadas

En realidad muchas de estas cosas son calladas, quizás son pensadas y luego
desvanecidas.
Tras un día agotador, de corretear detrás de los hijos o los nietos, de preparar
la comida, de realizar las cuentas, ir a la lavandería y atender al esposo
particularmente en las noches, realmente una se siente súper cansada y hasta
fastidiada.
Dicen generalmente que las mujeres somos el centro del hogar, que las cosas
no son iguales cuando no estamos. Que cuando enfermamos se nos extraña, pero ¿por qué será?
Quizás solo para que cumplamos con los deberes como corresponde. Se quejan de la comida, pues no
tuvo la sazón acostumbrada. Nos extrañan, cosa que generalmente no entendemos, porque siempre
comemos al final, para que los demás coman bien, y cuando nos sentamos a comer ya todos han
terminado, y como suele suceder nadie se fija qué había en mi plato. No escucho un "gracias" o un "lo
apreciamos". Si, es así.
¡Qué agotados están nuestros cuerpos! Qué decir de las manos, las uñas (que mal se ven), ya ni siquiera
podemos ocuparnos de ellas. A nadie parece importarle cómo se ven las manos, los cabellos o el rostro, o
los pies, en general todo de nosotras.
Al contrario de la mujer virtuosa del libro de Proverbios, en el capítulo 31; a la que todos en su casa
alababan: mujer ejemplar, más valiosa que las piedras preciosas, su esposo confía plenamente en ella, sus
hijos se levantan y la felicitan, etc., no es que tenga hambre de esas manifestaciones en mi hogar. No
busco llamar la atención o halagos forzados para alimentar mi ego. Lo que buscamos las mujeres, son que
esas expresiones llenen nuestras necesidades propias, femeninas.
· Quisiera decir que soy esa mujer que sufre callada para no alterar a nadie… nadie lo sabe.
· Quisiera decir que no soy una mujer de hierro a la que nunca se le doblan las rodillas, que puede
hacer mil y una cosas y que nunca se cansa, tampoco nadie lo sabe.
· Quisiera decir que soy una mujer que se emociona con las flores y las palabras de aprecio, ¿sabe
qué? Tampoco puedo expresarlo.
· Quisiera decir que soy una mujer que necesita desahogar su corazón a cántaros, ya que muchas
veces mis lágrimas de dolor ocultas, han sido mi pan diario. ¡Adivinó! Eso, lo saben menos.
Quiero decir que soy una mujer que necesita ser satisfecha en su necesidad de justicia, que tiene hambre
insaciable de comer de ese Pan de Vida, que sacia y calma el alma herida...

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